Selección del proceso
Antes de considerar qué tipo de proceso vamos a seleccionar, debemos caracterizarlos de acuerdo a los tipos de flujo
de cada proceso.
Proceso en línea
El proceso en línea está focalizado en el producto con los recursos organizados alrededor del mismo. Los volúmenes
en general son altos y los productos son del tipo estandarizado. Los insumos se mueven de manera lineal de una
estación a la siguiente en una secuencia ya fijada. Si lo viéramos como lotes, el tamaño del lote en este caso seria igual a
1. Cada operación realiza el mismo proceso una y otra vez con poca o ninguna variabilidad.
En estos casos siempre los productos van a inventario para que estén listos cuando el cliente coloca una orden. Las
ordenes de producción no están directamente encadenadas a las ordenes de los clientes como en el caso de los
procesos por lotes o por proyecto. A veces este tipo de proceso se denomina en masa cuando los volúmenes son
importantes. Como ejemplo de este proceso tenemos las líneas de fabricación de automóviles, de herramientas y de
juguetes. También en los servicios podríamos mencionar los restaurantes de comidas rápida y cafeterías, entre otros.
Proceso intermitente
En estos procesos se logran volúmenes medios pero con gran variedad de productos. Los productos entonces
comparten recursos. Se produce un lote de productos y luego se cambia al siguiente. No hay una secuencia estándar
de operaciones a través de las instalaciones.
Proceso por proyecto
Con este tipo de proceso se puede lograr una alta personalización y, en general, tiene bajos volúmenes de producto.
La secuencia de las operaciones es única para cada producto. En general son procesos de larga duración y gran escala,
por lo que se utilizan para la producción de un producto único, por ejemplo en organizaciones que se especializan en
planeamiento de eventos, en campañas políticas, en programas de capacitación, construcción de un nuevo hospital,
creación de nuevos paquetes de software, la provisión de servicios de salud, el manejo de entregas de
correspondencia especial, astilleros, filmación de películas, etc. Son proyectos que concluyen con el producto y no
existe repetición.
Teniendo en cuenta la también mencionada clasificación de Hayes y Wheelwright, podemos definir los siguientes
tipos de proyecto:
a) Talleres de trabajo: producción de pequeñas series de gran cantidad de productos. Cada uno de ellos requiere
una secuencia distinta de operaciones. Por ejemplo, los talleres que fabrican productos personalizados como
tableros eléctricos de comando de máquinas, circuitos impresos, etc.
b) Lotes: es un taller de trabajo más especializado. En general se tiene una línea estable de productos que se
producen en lotes con una periodicidad. Por ejemplo, la fabricación de maquinaria pesada, dispositivos
electrónicos, etc.
c) Línea de ensamble o línea de producción: componentes discretos que pasan de una estación a otra con una
secuencia determinada. Por ejemplo, la fabricación de electrodomésticos.
d) Flujo continuo: secuencia de pasos predeterminada con un flujo continuo no discreto. En general altamente
automatizado y permanente. Tienen alto volumen y alta estandarización, con flujos de línea muy rígidos.
Usualmente un insumo primario como un líquido, gas o polvo se mueve sin parar a través de la instalación. El
proceso por lo general es de capital intensivo y operan buscando maximizar el espacio y evitar onerosas
paradas de planta. Los procesos continuos son casi exclusivamente encontrados en manufactura. Ejemplo de
este tipo de proceso son las refinerías de petróleo, plantas químicas, cervecerías, industria del acero, etc. En el
sector de servicios tendríamos el ejemplo de las usinas de generación eléctrica.
Para la selección de procesos, continuando con el pensamiento de Roger Schroeder, consideraremos seis factores
que influyen en esta decisión. Ellos son:
- Las condiciones del mercado.
- Las necesidades de capital.
- La disponibilidad y costo de la mano de obra.
- Las habilidades gerenciales requeridas para cada tipo de proceso.
- Las disponibilidad y costo de la materia prima.
- La etapa y estado de la tecnología.
Un método muy conocido que tiene en cuenta los costos fijos y los costos variables es el análisis del punto de
equilibrio que se representa en la figura
Generalizando, si la decisión es la elección de un proceso por proyectos, intermitente o en línea, la comparación de
costos se asemeja a las curvas de costo para operaciones de proceso, que muestran que los proyectos tendrán el
menor costo en caso de volúmenes inferiores, seguido por el flujo intermitente con volúmenes medios y los procesos
en línea con volúmenes altos. El proceso por proyectos tiene el costo fijo más bajo y el mayor costo variable, lo cual
hace que los proyectos sean menos costosos en total en el caso de volúmenes bajos. Los procesos en línea tienen los
más altos costos fijos y los menores costos variables, lo cual los vuelve menos costosos en total cuando se habla de
volúmenes altos.
Este mismo análisis se utiliza cuando se debe escoger entre equipos alternativos y cuando existen elecciones del tipo
fabricar o comprar.